23 abr 2010

¿por que lo hacemos?

¿por que lo hacemos?
¿Qué es lo que inspira a jugar futbol? ¿Qué te emociona?¿Por qué correr tras la pelota? El futbol genera demasiados sentimientos pero el principal es el placer. Simple y sencillo.
Desde el principio, cuando uno es pequeño y recibe un balón como regalo de cumpleaños, navidad, reyes magos o porque el papa ya quería ver a su hijo patear una pelota; sientes la alegría correr por tu cuerpo al creer que metiste un gol.
Ese papá que grita y festeja nuestra hazaña infantil, nos contagia de una loca pasión por el futbol al levantarnos entre sus brazos y abrazarnos aún y cuando el balón apenas rodo pocos centímetros.
Ese sentimiento de felicidad nos llena, claro, somos el centro de atención. Acaparar todo nos empieza a parecer atractivo. Conforme pasan los primeros años de nuestra adorada infancia a lado de nuestro fiel, viejo y curtido balón empezamos a jugar con otros amigos.Los tiros y burles los llevamos a la casa de enfrente porque esa sí tiene dos árboles que serían nuestra portería de siempre.
Esos árboles se vuelven testigos de tantas hazañas. ¡Merecedoras de portadas de revistas o periódicos deportivos a lado de nuestros ídolos!, pero solo quedan vivas en nuestra memoria (otra parte importantísima del futbol). Así alegramos los fanáticos los momentos tristes, con solo recordar lo que podíamos hacer de pequeños. Esos tiempos han quedado en la historia, pero el futbol nos hace revivir a ese niño que vive en nosotros. Negarlo sería ocultar lo que somos.
Eso es lo que se siente al jugar futbol, la alegría y el placer por regresar. Rueda el balón y volvemos a ser esos niños que pasan todo el día pateando una lata y sueñan con anotar en un gran estadio.

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